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Cannabis en Ecuador. Retos del 2021.

  • Dra. Cannabis Ec.
  • 21 ene 2021
  • 4 Min. de lectura

El año 2020 ha tenido un efecto de parte aguas en todo el mundo, un antes y un después en varias esferas de la vida, las cuales se han transformado, algunas de manera vertiginosa como la educación, otras que se venían gestando se han afianzado, como el teletrabajo, y varias esferas que estaban relegadas ahora cobran fuerza, como el autocuidado y la necesidad de tener contacto con la naturaleza, así como tiempo de calidad en casa.


En el Ecuador, sin embargo, existe otro hito que va a marcar un antes y un después, tal como ya sucedió en Colombia: La legalización del Cannabis Medicinal y el debate de la legalización del uso adulto.

Varias aristas han entrado en debate para esta reforma legal; Ecuador pasa a ser parte de la larga lista de países que permiten el uso terapéutico de Cannabis, con esto se despliega todo un abánico de oportunidades para pacientes, proveedores de servicios de salud y productores de medicinas naturales.



Como sucede en Colombia, el Cannabis y todos sus eslabones productivos empiezan a dinamizar la economía a varios niveles, desde pequeñas localidades campesinas, pasando por una amplia gama de profesionales y artesanos, hasta grandes empresas, han visto su función dentro de la cadena productiva de esta nueva industria, se han insertado en el mercado y ahora mejoran sus procesos para poder ser competitivos.


Es aquí donde el Estado y sus políticas relacionadas a la productividad y desarrollo social deberían entrelazarse, para garantizar que los réditos económicos de esa nueva actividad productiva se distribuyan de una manera equitativa entre los actores de dicha producción, y que no se refleje en índices macroeconómicos únicamente, sino que, las localidades se vean beneficiadas directamente con empleo digno, lejos de la acostumbrada precarización del sector agrícola en el modelo de gran hacienda que aún se maneja en el país.


Tanto para insertarse en la cadena productiva de esta nueva industria como para mejorar procesos, se necesitan, entre tantas otras cosas, inversión de capitales, tomando en cuenta esto, se presentan retos para el surgimiento y desarrollo de iniciativas de cannabis medicinal o de servicios relacionados.


Seguridad legislativa y protección a la producción local.


Es indispensable un marco legal que garantice los derechos constitucionales de todas las actividades productivas relacionadas al cannabis medicinal, esto involucra un acceso equitativo a las licencias. Se necesita seguridad para evitar que las licencias y actividades necesarias para gestionarlas caigan en manos de ¨tramitadores¨o sean entregadas respondiendo a intereses económicos y pactos políticos de grupos específicos.


Una de las características de esta nueva industria es que permite una democratización de los excedentes económicos, ya que cada eslabón de la cadena productiva genera un valor agregado y trabaja de manera independiente, esto permite evitar la centralización de las ganancias y no depender de ¨intermediarios¨ ni comercializadores, para esto es indispensable crear y fortalecer las asociaciones de producción, así como crear instituciones que permitan una regulación de los precios del cannabis de manera general.


Políticas de fomento, capital semilla para pequeña y mediana industria.


Las asociaciones de artesanos y cámaras de productores a todo nivel son puntales clave para proponer al Estado planes de acción y poder dirigir políticas públicas que incentiven el ingreso a esta nueva actividad productiva.



El estado deberá proveer capital semilla para iniciativas que presenten solidez en planteamientos relacionadas a esta nueva industria, priorizando aquellas que vengan desde grupos poblacionales que están en situación de vulnerabilidad, ya que son los grupos que menos acceso a facilidades económicas presentan.


Las políticas de fomento deben apuntar al fortalecimiento de actividades agrícolas que quieran hacer una transición al cannabis, a la creación de una industria que apunte a la transformación de la materia prima en derivados o productos finales, y deberá facilitar el acceso a créditos a iniciativas productivas, dotándoles de facilidades a las organizaciones inscritas en la economía popular y solidaria.


El acceso a esta nueva actividad económica debe ser equitativo y no en función de la capacidad de inversión, el Estado deberá crear centros de producción y capacitación en temas referentes al cannabis industrial y medicinal.


Educación e Investigación Científica


La posición geográfica del Ecuador, al igual que en el caso de la industria florícola, representa beneficios para la producción en cuanto a volumen, cantidad y periodicidad, es necesario investigar las potencialidades de los diferentes pisos climáticos para las diferentes variedades de cannabis que se pueden adaptar.


Planes educativos en diferentes ramas de las ciencias, enfocados al uso e investigación de nuevas posibilidades terapéuticas del cannabis y más fitofármacos, será lo que pueda hacer que el Ecuador no solamente produzca materia prima, al vivo estilo colonial, sino que también produzca conocimiento.


De igual manera, la investigación para mejoramiento genético y cultivo en exterior será indispensable para adaptar y crear nuevas cepas de cannabis que respondan a las necesidades del mercado local.








Promoción de Derechos Humanos.


Indudablemente es un paso adelante la legalización del uso medicinal, sin embargo, uno de los problemas más graves que afecta a la sociedad ecuatoriana en general, y específicamente a la realidad penitenciaria, es el excesivo encarcelamiento de personas usuarias de cannabis, que juzgados como microtraficantes tienen que pagar condenas de 6 meses a 2 años por cantidades ínfimas.


Esta problemática no se resuelve con la legalización del cannabis medicinal, mucho menos con la Guerra Contra las drogas, modelo que casi ningún país sigue en la actualidad, y que, sin embargo, es defendido por varios sectores políticos del país, desde los más conservadores, hasta los que dicen ser progresistas.


La reforma del año 2015, en la que se establece que entre 0 a 20 gramos puede ser motivo de acusaciones penales simplemente agravó las cosas y disparó las detenciones por cantidades mínimas de sustantcias, llenando las cárceles de personas usuarias.

Por tal motivo es urgente que se creen leyes en las que se especifique cantidades máximas de portación, para evitar las subjetividades que dan paso a extorsión y criminalización a personas usuarias por parte de las instituciones de control y de justicia.






Ps. Alex Manzano N.

Investigador del Cannabis Medicinal

Equipo de Dra Cannabis Ec.

 
 
 

1 Comment


nestoredu
Feb 18, 2021

Me parece muy interesante los temas tratados, puesto que en general gran parte de la comunidad cannábica no esta informada sobre dichos temas. Gracias por tu gran aporte, saludos

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